La siesta
es una tradición que está retrocediendo, especialmente en las ciudades.
El ritmo normal del día en España suele continuar dividido en dos
periodos, mañana y tarde, con una pausa de dos o tres horas durante la
comida. Un paseo al final de la tarde es una costumbre extendida en muchos lugares.
La hora de la cena, como en unas regiones del sur de Italia, es la más tardía en Europa, habitualmente alrededor de las 10 p.m.
La diversión se caracteriza por tener lugar en la noche, incluso
hasta altas horas de la madrugada. En el centro y sur de la península,
el calor estival ha potenciado ese fenómeno. La vida nocturna comienza
tarde. Muchos clubes, incluso en ciudades relativamente pequeñas, abren a
la medianoche y no cierran hasta el amanecer. En Madrid en verano y en
otras grandes capitales, empieza a ser habitual que actuaciones
culturales se extiendan hasta las dos de la madrugada.
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